Son las más fuertes que conozco. No sólo las de mi mamá, amorosas con sus dedos chuecos por los años y siempre suaves, listas para caricias. Las manos de mamá son las de mi abuelita también, las mías y las de todas las mujeres que crean, que trabajan, que son fértiles desde el alma, hábiles en materializar en esta dimensión cualquier creación etérea y volverla llena de vida. Las manos de mujer son manos de mamá, la inspiración para nuestro #bálsamo para #manos, formulado con botánicos que poseen excelentes cualidades antisépticas, anti inflamatorias, analgésicas y regeneradoras de la piel.
Con extractos de caléndula, un botánico excelente para acelerar la cicatrización y aliviar irritaciones; árnica y pimienta negra, excelentes analgésicos anti inflamatorios, porque sé cómo duelen las manos con el frío o cuando se machucan. Curtidas con la vida.
Elaborada también con miel pura de abeja, otro excelente antibacterial que ayuda a sanar tejidos, útil en casos de ampollas, quemaduras, e irritaciones; producto local de Baja California, de un proyecto dedicado a la preservación y cuidado de estas hermosas trabajadoras, polinizadoras base para sostener el ecosistema.
Y finalmente infusionadas con aceites esenciales de bergamota, lavanda, geranio, junípero y manzanilla, con todo su poder antimicrobial, antibacterial, analgésico y anti inflamatorio. Un esencial en tu cocina o taller que además de sanar, dejará tus manos nutridas y humectadas, extra suaves y listas para la siguiente caricia.
Eso sí, aunque la inspiración detrás de esta formulación sean las manos de mamá, este bálsamo fuerte y rendidor sana hasta las manos más masculinas, aspéras y duras. Porque todos necesitamos su sanadora suavidad.
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